viernes, 4 de mayo de 2007


La inmensa mayoría de las justificaciones de los fenómenos paranormales se basan en “testimonios” más o menos numerosos de personas que afirman haber tenido experiencias extraordinarias.
Debería recordarse a los supuestos “especialistas” en fenómenos paranormales que el testimonio nunca es prueba de nada. Y esto es así por diversas razones. La primera es que cabe la posibilidad de que el testigo o testigos nos estén mintiendo por diferentes motivos; la segunda es porque nadie es completamente objetivo al describir sus experiencias vividas, sobre todo si en esa experiencia se han mezclado sentimientos de gran carga emocional; la tercera y última es que existen numerosos procesos psíquicos que alteran la percepción y/o rememoración de lo sucedido y que impiden una correcta interpretación del suceso, o incluso que fabrican sucesos que, simplemente, nunca han existido.
Con esto no estamos acusando a las miles de personas que día a día afirman ser testigos de sucesos paranormales de ser “locos” o “histéricos” pero sí quiero dejar constancia de un sin -fín de fenómenos estudiados en psiquiatría que tienen conexión con numerosas afirmaciones e interpretaciones paranormales y en donde la mayoría de sujetos que lo padecen son personas sanas.
La personalidad también influye en la percepción de lo ocurrido; dos tipos de personalidades cabrían destacarse: La “histérica” que suele vivir con gran emoción lo sucedido desproporcionando hechos sin importancia, y la “mística” que se recrea buscando explicaciones sobrenaturales a cada uno de los acontecimientos de su vida.
Por otra parte hay dos tipos de trastornos mentales graves atribuidos a los fenómenos paranormales:


La Esquizofrenia, con muchísimas graduaciones que van desde la desconexión total con la realidad, viviendo el sujeto en un mundo de fantasía, hasta leves formas en donde fantasía y realidad se mezclan levemente en forma de alucinaciones de diverso tipo, sensaciones, manías, etc.
La Paranoia en la que el sujeto, a pesar de tener una vida normal, tiene un “pensamiento extraño” se le ha metido “algo” en la cabeza… Si la paranoia es manía persecutoria pensará que el gobierno le engaña, que los extraterrestres le vigilan, que hay personas o cosas vigilándole escondidas en los armarios, etc. Si por el contrario el sujeto tiene megalomanía, él se creerá un gran mago, sacerdote, salvador, Dios, demonio, inventor, etc.
Pero en cualquier caso se cree dotado de algún “don” especial que le hace superior a los demás y que debe ser digno de admiración, seguimiento y devoción.
Dichas formas de locura extrema no son las únicas que pueden alimentar el fenómeno paranormal. Por eso voy a intentar desglosar diversos tipos de alteraciones, en muchísimos casos leves y sin ninguna consecuencia patológica, que pueden explicar gran parte de los testimonios paranormales.
Alteraciones de la memoria
Tienen gran importancia clínica, de hecho, son uno de los indicadores más sensibles de disfunción o daño cerebral. Sin embargo existen muchísimas alteraciones de la memoria en sujetos sanos que en un momento dado pueden falsear la evocación y los detalles de un suceso determinado. Está claro que si ha habido cualquier fallo en la memoria los recuerdos y sentimientos evocados tenidos como ciertos no lo serán tanto.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Me parece un bolg bastante completo porque abarca grandes aspectos del tema como que son donde se dan como seran y a quienes afectan.

Anónimo dijo...

este blog no sirve para nada, es perder el tiempo, o gastar lolvora en chimangos, va a ser mejor que el dueño vaya ha hacer tra cosa, como por ejemplo agarrar la pala y sembrar lechuga, rabanitos, papas, mandioca, acelga, escarola, achicoria, ajies, zapallos y zapallitos, perejil, oregano, tomates, que le va a ir mejor.